Fin de semana

Cuando estaba ad-portas de cumplir 30, lo único que pedía era que este nuevo año se viniera con todo lo bueno que se me había escapado y negado en años anteriores y, para mi sorpresa, así esta ocurriendo.

Por fin pude salir de la casa de mis viejos. No es que no pueda vivir con ellos, pero la necesidad de independencia era mucho mayor. Y esta misma situación a generado que la relación con ellos sea mucho mejor.

Estoy oficialmente egresada de mi segunda carrera, esta vez una carrera técnica, y solo esperando mi certificado de título para trabajar en una nueva área que me entretiene y motiva bastante.

Las ideas locas (no locas malas, sino que fantaseosas) que rondaban mi cabeza durante el segundo semestre del año pasado, de un día para otro se hicieron realidad y aquí me encuentro recorriendo este nuevo camino de mi vida al lado de un hombre maravilloso, que me está acompañando en esta aventura de la independencia, de nuevos desafíos laborales (tanto para él como para mi) y que cada día que pasamos juntos resulta una invitación a disfrutar de las cosas más sencillas de la vida (aunque suene ñoñamente cliché). Partí muerta de susto, con el pie puesto en el freno porque me resultaba inevitable tener recuerdos amargos (debido al historial que me acompaña), pero el mismo Ale me dijo "no te debe importar nada de lo que pasó antes, solo importa desde el 26 de Abril en adelante". Son esas conversaciones, esas palabras tranquilizadoras llenas de amor que me hacen confiar y estar en paz. Sensaciones que, prácticamente, no había experimentado en verdad.

Estoy plenamente feliz y el pie que tenía en el freno, después del fin de semana que pasó, ya no existe.